Dos kilómetros es la distancia justa a la que está todo de mí. Como en una enorme burbuja vacia, tan solo conmigo, separándome de un mundo infinito que se aleja dando tumbos.
No me ves.
No me escuchas.
No sabes nada de mí.
Y tampoco, en un impulso extraño, importa nada de lo que sale de estos dedos.
¿Quién es capaz de cambiar un presente gris?
Ni tú, ni yo. No hay más remedio que dejarlo estar, preguntándonos por la calma aparente, de una mentira desvalída de mi interior.
Un jueves tan oscuro como tus ojos.
Pero eso siempre es cosa mía. Aunque no lo quiera.
viernes, 10 de abril de 2009
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2 comentarios:
no me gustan estas actualizaciones semi depresivas L, conmigo sobra...
Un tren sale del punto A con dirección NE, y otro del punto B con dirección NE también, si ambos siguen la misma velocidad primaveral constante, y buscan el mismo fin; ¿dónde colisionarán ambos trenes?
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